El proyecto de viviendas de la cooperativa La Borda aúna los tres vértices de la sostenibilidad: compromiso social, viabilidad económica y respeto por el medio ambiente. El proyecto es de la cooperativa de arquitectos La Col y cuenta con el asesoramiento de la consultora ambiental Societat Orgànica.
El edificio es un patrimonio común de la cooperativa la Borda. Las 28 unidades familiares de la cooperativa han estado participando en la concepción del edificio, comprometidas en definir cada detalle del proyecto. Se trata de un proyecto de cesión de uso del espacio, una alternativa a la compra y al alquiler, en el cual la cooperativa se compromete a proveer de una vivienda a sus socios.
La viabilidad económica del proyecto ha sido posible gracias a un afinado estudio económico. La cesión del solar durante 75 años por parte del ayuntamiento de Barcelona a cambio de un canon anual, y se ha conseguido evitar la construcción de aparcamiento, reduciendo el coste del proyecto. Los socios han realizado una aportación inicial de 18.500€ y cuotas inferiores a 500€, unos precios muy inferiores a los costes habituales del mercado.
El respeto por el medioambiente se consigue con una arquitectura en madera, con una elevada eficiencia energética, reducción de las emisiones de CO2 asociadas al consumo de energía y a la energía embebida en los materiales, y reducido consumo de agua.
Se ha optimizado el espacio al potenciar los espacios comunes: lavandería industrial, habitación de invitados, espacio común con cocina profesional para eventos con muchas personas, etc. Los espacios comunes consiguen liberar necesidades de espacio en la vivienda, y fomentar las relaciones entre los usuarios. Además, las viviendas son modulares: el tamaño S es de 40 m2, el M es de 58 m2 y el L es de 76 m2. Permiten variar el espacio de la vivienda en función de las necesidades de sus usuarios. El edificio potencia los espacios orientados a sur teniendo planta baja + 6 plantas en esa orientación. En cambio en la orientación norte tiene planta baja más 4 plantas. Un patio central con cubierta practicable permite precalentar el aire que entra al interior. El edificio dispondrá de caldera de biomasa.
El edificio tiene un paso que permite conectar la calle Constitución con los parques de Can Batlló, antigua fábrica de final del siglo XIX, en una aportación más del edificio al conjunto del barrio.
Más información:
Cooperativa de arquitectos La Col.
